Y te rompen las ilusiones, los sueños, el alma, así, de un instante a otro, como si pensaran que al igual que te lo han roto, pueden volver a reconstruirlo. Pero nadie, NADIE sabe que tu corazón se ha quebrado, y que gota a gota se consume sin que nadie se de cuenta. Es entonces cuando recurres a tu mejor vicio, hoy he optado por un buen cigarro y una taza de café, mientras la tinta de mi bolígrafo dibuja los garabatos que siente mi corazón, impulsado por los últimos latidos que le quedan. Noto como lucha por sobrevivir, pero yo no se si quiero hacerlo, no se si quiero seguir sufriendo de esta forma, y creo que soy yo la que lo está matando.
¿Sabes? Es difícil decidir entre dos opciones. Cuando estás en una situación que no esperabas encontrar y no sabes como afrontarla, la opción mas fácil suele ser salir corriendo, correr es bueno ¿Por qué no voy a hacerlo? "Claro" -te dirán- "Es lo único que saben hacer las cobardes como tú". Y dudas otra vez.
Estoy cansada, cansada de confiar en la gente, de ser la persona buena, de gustarle a todo el mundo. De gustarle para ser olvidada por todos, claro. Y es entonces cuando rompes a llorar, y notas como el rastro de lágrimas te quema y deseas que nada de esto hubiera ocurrido, pero sabes que no vas a tener esa suerte, sabes que te irás a la cama y que te ahogarás en tus sueños como en un océano profundo, del cual es imposible salir. En algún momento, quién sabe cuando, despertarás, pero seguirás teniendo esa sensación de vacío, ya no sientes los latidos y algo dentro de ti te dice que eso que te hacía latir se ha ido, que te ha abandonado, y que te olvides de que alguna vez existió. Duele pensar que algo importante de tu vida ha desaparecido, y más si sabes que es para siempre, como cuando creciste y contaron que los reyes magos son una simple invención de alguien que, como mucha gente, solo quiere jugar con las ilusiones de los demás. Nos enseñan, día a día que es normal, pero nadie te enseña cómo soportar el dolor.
La gente suele preguntarme por qué carezco de sentimientos, lo que no saben es que los tengo, estoy segura de ello, porque de vez en cuando los noto doler, y es como una espina, que se clava, sin compasión. Están ahí, envueltos en el metal más aislante, rodeados de muros de piedra construidos de la mejor forma, fuertes y estables, para que nadie, sin excepción, pueda encontrarlos. Y sobre su paradero... no lo se. Hemos decidido que no se volverán a meter en mi camino, y yo, a cambio, les dejare dormir tranquilos, porque aunque mucha gente no lo crea, los sentimientos también tienen derecho a soñar.
Necesito creer que las personas son buenas, aunque me decepcionen una y otra vez.
sábado, 5 de octubre de 2013
jueves, 14 de febrero de 2013
Nada es como imaginas.
Pensaba que iba a ser especial. Me imaginaba a mi caminando hacia el escenario, con la canción de Euphoria sonando con cada paso que daba. Los focos me deslumbraban la vista, la gente me miraba y gritaban, aplaudían. Me sentía feliz y no necesitaba más.
Llevaba mucho tiempo esperando a que eso sucediera, a que llegara mi momento, y podía sentirme satisfecha por haberlo conseguido. Por fin iba a ser aquella princesa que siempre quise.
Pero las esperanzas se pierden cuando te obligan a cambiar tu vida por completo. Yo no sirvo para obedecer normas, nunca lo he hecho y no puedo cambiar eso ahora. No tengo esa belleza, ni ese cuerpo que hace estremecer a la gente. Solo soy una vulgar joven que intenta buscar su lugar en este pedacito de tierra, y estoy en el lugar equivocado.
Lo admito, no soy la reina perfecta. Me muerdo las uñas a menudo, en ellas se puede ver el esmalte desgastado que suelo llevar, mis ojos no son de un tono bonito, si no de ese color canela propio de la mayoría de personas, y mi pelo es indomable, y tiene las puntas más abiertas que las piernas de la mayoría de personas que conozco.
¿Lo veis? Una reina no diría tales groserías.
No se comportarme, tengo miedo escénico, y no soy una persona importante.
Entonces, ¿Alguien sabe que hago aquí?
Copyright ©
Suscribirse a:
Entradas (Atom)