Necesito creer que las personas son buenas, aunque me decepcionen una y otra vez.

jueves, 14 de febrero de 2013

Nada es como imaginas.

   Pensaba que iba a ser especial. Me imaginaba a mi caminando hacia el escenario, con la canción de Euphoria sonando con cada paso que daba. Los focos me deslumbraban la vista, la gente me miraba y gritaban, aplaudían. Me sentía feliz y no necesitaba más.

   Llevaba mucho tiempo esperando a que eso sucediera, a que llegara mi momento, y podía sentirme satisfecha por haberlo conseguido. Por fin iba a ser aquella princesa que siempre quise.
Pero las esperanzas se pierden cuando te obligan a cambiar tu vida por completo. Yo no sirvo para obedecer normas, nunca lo he hecho y no puedo cambiar eso ahora. No tengo esa belleza, ni ese cuerpo que hace estremecer a la gente. Solo soy una vulgar joven que intenta buscar su lugar en este pedacito de tierra, y estoy en el lugar equivocado.
 
Lo admito, no soy la reina perfecta. Me muerdo las uñas a menudo, en ellas se puede ver el esmalte desgastado que suelo llevar, mis ojos no son de un tono bonito, si no de ese color canela propio de la mayoría de personas, y mi pelo es indomable, y tiene las puntas más abiertas que las piernas de la mayoría de personas que conozco. 

¿Lo veis? Una reina no diría tales groserías.

No se comportarme, tengo miedo escénico, y no soy una persona importante.
Entonces, ¿Alguien sabe que hago aquí?







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